¿Sabes que haber recibido esa discriminación puede haberte alejado de ti?
A nivel social aún existe una discriminación clara sobre cualquier cuerpo que se aleje del estereotipo marcado como cuerpo válido o normativo. Hay muchísimas variables corporales que nos interpelan y justamente por esto puede ser que en algún momento de nuestra vida nos sintamos dañadas por no encajar con la norma. Por ser mujer, trans, negra, gorda, mayor…. Si atendemos a la discriminación que existe en los cuerpos gordos, nos la podemos encontrar en muchas áreas sociales:
- En los asientos de sitios públicos (muchos de ellos estrechos y no adaptados a cuerpos gordos).
- En la ropa que se vende en las tiendas (que en muchas ocasiones llegan hasta cierta talla y no alcanza a contemplar la variabilidad).
- En la sanidad tanto privada como pública (donde se equipara el concepto de gordura a enfermedad).
- Así como en muchas prácticas muy habituales en el día a día como pueden ser los ideales de belleza, los discursos de vergüenza ante la gordura, comentarios o vivencias de la infancia que generan trauma, críticas al cuerpo directas… Seguro que se te ocurren muchos más espacios o prácticas en los que has vivido discriminación.

Todas estas vivencias cotidianas las podríamos considerar como agresiones directas a nuestro ser y a nuestro cuerpo. Agresiones que hemos normalizado e incluso validado pero que no dejan de hacernos sufrir en muchas ocasiones.
Todas estas experiencias crean trauma en nuestro ser, puesto que se genera un dolor interno a diferentes niveles (emocional, corporal y mental) y provoca que poco a poco, nuestro autoconcepto se vaya dañando.
Si voy percibiendo en mis vivencias cotidianas que mi cuerpo no está contemplado como una posibilidad, entenderé que no es válido estar gorda, gordo, gorde.
Hilary Kinavey & Carmen Cool en el artículo “La Lente Rota: Cómo el sesgo Anti-Gordura en psicoterapia está dañando a nuestras clientes y qué hacer al respecto” habla del Sesgo Anti-Gordura y el alcance que puede tener en las personas que les atraviesa.
Justo este sesgo es el que se juega en esta sociedad que no valora lo maravilloso de nuestro cuerpo simplemente por existir.
Este sesgo puede hacer que habitar nuestro cuerpo se convierta en un reto en ocasiones imposible o de por vida.
Y el proceso de desahucio de nuestro cuerpo es casi imperceptible, pueden generarse de puntuales experiencias que poco a poco nos van alejando de nuestro cuerpo o de golpe en una experiencia traumática que en ese caso seguramente tengo más consciencia de ello.

A raíz de este alejamiento de nuestro ser, de nuestro cuerpo y en muchas ocasiones de nuestras necesidades es cuando puedo empezar a desarrollar un deseo a ser otro cuerpo. A ser otra persona. A habitarme como alguien diferente a mí. Y a raíz de ese querer habitarme diferente se inician en muchas ocasiones dietas o tratamientos invasivos y muy poco respetuosos que alteran nuestros ciclos y nos pueden llevar a transitar un Trastorno de la Conducta Alimentaria por ejemplo.
Si has llegado hasta aquí, llegado este punto lo mismo te preguntas, ok, y entonces ¿Qué?
¿Cómo puedo salir de esta espiral de alejamiento?
El abanico de posibilidades pasa de la esfera individual a la colectiva. Te damos algunas ideas (por favor escoge una o dos como mucho!):
- Iniciar algún tipo de trabajo corporal que te ayude a ir tomando consciencia y volviendo a habitar tu cuerpo (yoga, movimiento corporal expresivo, danza…)
- Valorar revisar las heridas que he transitado en mi vida con acompañamiento individual terapéutico psicocorporal.
- Iniciar un proceso terapéutico grupal donde ir sanando ese dolor colectivo que en ocasiones tenemos de no sentirnos entendidas y acompañadas.
- Empezar a tomar consciencia de mi propia gordofobia e intolerancia a otros cuerpos e ir revisándome con amor y comprensión puesto que nos hemos socializado en la gordofobia 😉
- Tomar consciencia de la gordofobia e intolerancia a otros cuerpos de mi entorno e ir nombrándola para respetarme y pedir respeto de las demás personas.
Aquí te dejamos una lista de opciones que puedes ir transitando, con amor, respeto y escuchando en la medida de lo posible tus ciclos internos.
Texto por Noemí Conde cofundadora y psicóloga en Desnúdate Autoestima Corporal