Si estás aquí es por qué quieres sanar la relación con tu cuerpo y sólo con tener la intención y empezar a leer esto ya lo estás haciendo. Así como de entrada ya te decimos esto 😉
De antemano decirte que si tienes complejos o conflictos con tu cuerpo no te los has creado tú solita. Tenemos una «buena» estructura socio-cultural que se encarga de alimentar nuestras inseguridades además de un sistema tanto sanitario como social ya de por sí traumático. A nivel social se ha parcelado tanto la especialización y conocimiento que se nos ha desposeído de nuestra sabiduría y conocimiento ancestral sobre nuestros cuerpos. Esto no ayuda para nada a nuestra confianza corporal.

¿Pero qué es la confianza corporal?
La definición literal sería la confianza que tenemos en nuestros cuerpos. Justamente, esa confianza o (desconfianza) corporal la hemos forjado a través de nuestras experiencias vividas en nuestra historia individual y como seres sociales. Si hemos ido entendido nuestros cuerpos como válidos o defectuosos. Saludables o enfermos. Capaces o incapaces. Atractivos o no. Habilidosos o torpes. Todos esos introyectos conforman el que nos resulte más o menos fácil confiar en nuestros cuerpos.
¿Y a ti cómo de fácil o de difícil te resulta confiar en tu cuerpo en estos aspectos?
- Confiar en tus necesidades fisiológicas: señales como ansiedad, cansancio, hambre, sueño, molestias, dolores, alteraciones…
- Confiar en la agilidad, precisión, resistencia o fuerza de tu cuerpo.
- Confiar en tu cuerpo estético: el volumen de tu cuerpo, estructura corporal, color de piel, diversidad funcional, marcas o manchas de la piel, tipo de cabello, aspecto facial…
- Confiar en tus malestares, rechazo e intolerancias.
- Confiar en tus preferencias, placeres y gustos.
- Confiar en tu sabiduría interna: intuición y autoconocimiento.

Si los mensajes que has recibido en tu vida han alimentado el cuestionamiento hacia tu cuerpo puede ser que también te sientas en desconfianza en varios de los aspectos anteriores. Si has vivido en un cuerpo gordo, racializado, trans, con diversidad funcional o en cualquier cuerpo fuera de lo normativo también puedes tener más riesgo de desarrollar una falta de confianza en tu cuerpo. Una vez más decirte que si te cuesta confiar no es tu culpa. Hacemos lo mejor que podemos.
Si te sientes en desconfianza con tu cuerpo puede que a veces te sientas desregulada. A continuación analizaré algunas de las posibles situaciones de desregulación para que puedas comprenderte mejor:
Cuando estoy tan atenta a algún aspecto que me ocupa gran parte de mi día
Podemos encontrarnos que estemos tan atentas a algún aspecto corporal que de manera inconsciente estemos desarrollando una posible obsesión. Las obsesiones suelen darse cuando gran parte de mi día estoy centrada en ese aspecto.
Por ejemplo, si estoy centrada gran parte de mi día en mi cuerpo estético y me limita de manera importante en mi rutina. Si dejo de hacer actividades o quedar con gente por ese exceso de atención y cuidado. Cuando modifico mi cuerpo estético a través de la alimentación o el deporte. Si me centro en mis complejos e inseguridades…Puede que estemos ante un obsesión. Ante esa obsesión lo que se genera es un desequilibrio interno que provoca una desatención a otros tipos de bienestar que son importantes para mí.

Cuando dejo de lado aspectos y me centro en otros aspectos de mi vida que considero más importantes
Por otro lado, podemos estar en el lado opuesto, en el que desatiendo alguno de los aspectos ya sea por una cuestión traumática con el cuerpo o por qué el foco está en otros aspectos de mi vida que considero “más importantes”. En este caso puede que estemos dejando pasar necesidades básicas y fundamentales que son importantes para nuestro bienestar.
Por ejemplo cuando dormimos poco, no atendemos a nuestro cansancio y seguimos en la rueda de la productividad, estamos desatendiendo mis necesidades fisiológicas básicas. En este caso también puede afectar de manera grave en nuestro equilibrio interno e incluso en ocasiones estados emocionales desregulados tienen que ver con esta falta de atención.

¿Y cómo puedo nutrir mi confianza corporal?
Y si has llegado hasta aquí lo mismo te preguntas, ok, ahora soy consciente que tengo aspectos en desequilibrio o no, pero…. ¿cómo puedo nutrir mi confianza corporal?
Pues ya de buenas te informo que es algo de largo recorrido. No obstante, se puede empezar de manera gradual. La buena noticia es que la confianza corporal no tiene por qué basarse en el aspecto estético, de hecho es mejor dejarlo de lado y mejorar la confianza corporal a través de otros aspectos que poco a poco te van a hacer mejorar la relación con el cuerpo.
Es decir, puedes empezar por ejemplo centrándote en uno de los aspectos como podría ser realizando ejercicios de respiración y consciencia corporal, prestando atención a tus señales fisiológicas e intentando atenderlas en el día a día poco a poco. Esto ya es un gran ejercicio para ir reconciliándote con tu cuerpo estético.
También puedes consultar libros de anatomía y ampliar tu conocimiento corporal de los aspectos que forman parte de la anatomía humana y conocer poco a poco cuál es el funcionamiento de tu cuerpo.

Si te fijas, seguramente podrás identificar que si pones mucha atención en alguno de los aspectos, seguramente haya un desequilibrio de otros. Por ejemplo, si estás muy atenta a tu cuerpo estético puede que estés desatendiendo tus señales fisiológicas. Aquí te proponemos que poco a poco puedas hacer una transición hacia otros aspectos.
Estos son algunos ejemplos e ideas, no obstante, también decirte, que a veces puede resultar muy difícil contactar con el cuerpo de cualquiera de las maneras que te decimos. En este caso, te invitamos a que empieces por algo externo que te ayude a estar en contacto. Algunas ideas:
- Cremas y aceites que te hagan contactar con tus sentidos
- El arte a través del dibujo, escuchar música, contemplar una obra muy bella….
- Contemplar la naturaleza
- Visitar un sitio nuevo
- La sensación de entrar en la cama con sábanas limpias
Seguro que se te ocurren muchas más ideas para nutrir tus sentidos.
Para acabar decirte que a veces nuestro cuerpo ha recibido agresiones o traumas que no permiten acceder de ninguna de las formas aquí detalladas o simplemente el hacerlo en solitario resulta complicadísimo. Si al leer esto se te hace un mundo y no sabes como empezar decirte que es comprensible.
A veces necesitamos de un acompañamiento externo que nos ayude a ir transitando y priorizando qué es aquello que es importante ahora mismo. Si tú quieres, en nuestras sesiones individuales de terapia podemos acompañarte a nutrir tu confianza corporal. Tienes toda la información aquí.
Noemí Conde
Psicoterapeuta especializada en Autoestima Corporal y Trastornos Alimentarios